Lipoma
Un lipoma es una masa de células de grasa en una cápsula delgada y fibrosa que suele encontrarse justo debajo de la piel. Los lipomas no son cancerosos y no se convierten en cáncer. Se encuentran más a menudo en el torso, el cuello, la parte superior de los muslos, la parte superior de los brazos y las axilas, pero pueden ocurrir casi en cualquier parte del cuerpo. Puede haber uno o más lipomas al mismo tiempo.
¿Cuáles son los síntomas de un lipoma?
Por lo general, los lipomas:
Son pequeños [ 0.4 pulgadas (1 cm) a 1.2 pulgadas (3 cm)] y se sienten justo debajo de la piel.
Se mueven y tienen una consistencia blanda y gomosa.
No causan dolor.
Permanecen del mismo tamaño por años o crecen muy lentamente.
A menudo, el síntoma más molesto es el lugar o un aumento de tamaño que lo haga muy visible.
Causas
Todavía no sabemos por qué el lipoma surge. Como hay una clara tendencia familiar para el desarrollo de este tumor, se imagina que existe un fuerte componente genético en su formación. Algunos casos de lipoma parecen surgir después de un trauma local, pero esa relación aún no ha sido comprobada.
No hay una relación directa entre tener más grasa y el riesgo de desarrollar lipomas. Ser obeso, por ejemplo, no es un factor de riesgo. El lipoma es un tumor que ocurre a menudo en las personas delgadas.
Los lugares habitualmente ricos en grasa, como la barriga, las nalgas o las mamas, tampoco son los puntos más frecuentemente afectados. Parece haber, sin embargo, un mayor riesgo de surgimiento del lipoma cuando el individuo magro gana peso súbitamente. Este lipoma, sin embargo, no desaparece si el paciente vuelve a adelgazarse.
La aparición de lipomas también está asociada a algunas enfermedades raras, tales como: adiposis dolorosa (enfermedad de Dercum), enfermedad de Madelung, síndrome de Cowden o síndrome de Gardner. En estos casos es común que el paciente tenga varios lipomas por el cuerpo.
¿Cómo es el diagnóstico del lipoma?
Un especialista en Dermatología puede realizar diversas pruebas para hacer el diagnóstico de un lipoma y descartar otras afecciones como el mismo liposarcoma. A veces, la aparición de dolor puede confundirnos y es mejor ponerse en manos de un dermatólogo.
Es posible que un simple reconocimiento y examen físico sea suficiente para confirmar la presencia de un lipoma. También se puede confirmar el diagnóstico con una ecografía o realizando una biopsia, en la que se extrae una muestra de tejidos para su análisis.
¿Cómo se tratan los lipomas?
Los lipomas generalmente no se tratan porque la mayoría de ellos no duelen ni causan problemas. Tu médico puede ordenar una prueba de imágenes, como una ecografía, o podría extirpar el lipoma si te duele, se infecta o te molesta.
La mayoría de los lipomas se pueden extirpar en el consultorio de un médico o en una unidad de cirugía ambulatoria. El médico inyecta un anestésico local alrededor del lipoma, hace una incisión en la piel, elimina el crecimiento y cierra la incisión con puntos (suturas). Si el lipoma se encuentra en un área del cuerpo a la que no se puede acceder fácilmente a través de una simple incisión en la piel, es posible que sea necesario extirpar el lipoma en el quirófano con anestesia general.
Los lipomas y el cáncer
Aunque utilizamos la palabra “tumor” para describir un lipoma, es importante señalar que los lipomas no son un tipo de cáncer ni suponen un riesgo que haga pensar que ese bulto de grasa se vaya a convertir en un tumor cancerígeno.
De hecho, sus características como una protuberancia redondeada que resulta blanda al tacto ayudan a diferenciarlos del síntoma de otro tipo de tumor maligno, el liposarcoma.
De hecho, estos tumores malignos suelen presentarse como una masa endurecida, poco móvil, dolorosa a la palpación y con bordes irregulares. Todo lo contrario que el lipoma.
Además, el crecimiento del lipoma suele ser muy lento y puede tardar años, a diferencia de los tumores malignos, que generalmente crecen de forma más rápida.
Preparación antes de la cita
Probablemente, lo primero que harás será consultar a tu médico de cabecera o a tu médico de atención primaria. A continuación, quizás te deriven a un médico que se especialice en trastornos de la piel (dermatólogo).
A continuación, se presenta información que te ayudará a prepararte para tu consulta.
Lo que puedes hacer
Haz una lista de tus síntomas, incluidos aquellos que quizás no parezcan estar relacionados con el motivo de la consulta.
Haz una lista de los medicamentos, las vitaminas y los suplementos que tomes.
Prepara una lista de preguntas para hacerle al médico.
Elaborar una lista de preguntas puede ayudarte a aprovechar al máximo tu tiempo con el médico. En el caso del lipoma, estas son algunas preguntas que puedes hacerle a tu médico:
¿Qué causó su crecimiento?
¿Es cáncer?
¿Tengo que hacerme pruebas?
¿El bulto no desaparecerá?
¿Me lo pueden extirpar?
¿Qué implica extirparlo? ¿Existe algún riesgo?
¿Es probable que vuelva a aparecer, o que aparezca otro?
¿Tiene algunos folletos o recursos impresos que me pueda llevar? ¿Qué sitios web me recomienda?
Si se te ocurren otras preguntas no dudes en hacérselas.
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