Infección respiratoria
Una infección respiratoria alta es aquella que afecta al tracto respiratorio superior y que puede provocar una inflamación en la nariz, los oídos, las cavidades paranasales, la faringe y/o la laringe.
Síntomas
Si sufre una infección viral respiratoria, es posible que tenga 1 o más de los siguientes indicios:
- Fiebre (temperatura por encima de los 100.4° F (38° C), o según lo indique el proveedor de cuidados de salud
- Dolor de garganta
- Escalofríos
- Tos
- Dolor de cabeza
- Goteo nasal
- Dolores corporales
- Cansancio y molestias generales
¿Cuáles son las causas de la infección respiratoria?
Existen varios factores que pueden causar una infección respiratoria:
Ambientales: contaminación, falta de ventilación en la vivienda, tabaquismo pasivo, lugares con alta concentración de gente, cambios bruscos de temperatura, contagio. Individuales: edad (afecta más a menores de un año), ausencia de lactancia materna, bajo peso al nacer, infecciones anteriores, desnutrición, falta de vitamina A, falta de vacunas.
Algunas infecciones respiratorias
Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica
Unos 65 millones de personas en todo el mundo sufren EPOC y 3 millones mueren cada año por su culpa, según datos de la OMS. Esto la sitúa en la tercera posición de las principales causas de mortalidad a nivel global. En España, se calcula que afecta a 3 de cada 100 adultos y al 19% de los mayores de 65 años.
La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica provoca la inflamación del pulmón y la destrucción de los alvéolos pulmonares. Las personas que la sufren tienen tos, presentan dificultad para respirar y sibilancias. Una de las principales causas es el tabaco.
Cáncer de pulmón
Está entre los cinco tipos de cánceres que provocan mayor número de muertes en el mundo (mata a 1,6 millones de personas cada año). El factor principal es el tabaco, pero también puede ser provocado por sustancias químicas y la contaminación ambiental.
Apnea del sueño
Entre el 1% y el 6% de la población adulta sufre paradas de la respiración mientras duerme. Eso provoca que no puedan descansar bien y durante el día tengan somnolencia. Algunos de los factores relacionados con esta enfermedad respiratoria son la obesidad, tener las vegetaciones o las amígdalas grandes o que la lengua bloquee las vías respiratorias.
Amigdalitis
Su principal causa es la bacteria streptococo B HEMOLITICO, aunque también puede ser de origen viral.
Diagnóstico
Normalmente, evaluación clínica y epidemiología local.
En ocasiones, pruebas de diagnóstico
Las infecciones respiratorias virales suelen diagnosticarse clínicamente sobre la base de los síntomas y la epidemiología local. Para la atención del paciente, el diagnóstico del síndrome suele ser suficiente; la identificación de un patógeno específico rara vez es necesaria.
En general, las pruebas de diagnóstico se deben reservar para las siguientes circunstancias:
Situaciones en las que conocer el patógeno específico afecta el manejo clínico.
Vigilancia epidemiológica (es decir, identificación y determinación de la causa de un brote)
La identificación de patógenos puede ser importante en los casos raros cuando se contempla la terapia antiviral específica. Actualmente, estos casos se limitan a la infección temprana o grave por el virus influenza o RSV en pacientes con inmunodeficiencia grave. La identificación del patógeno específico (en particular, el virus influenza o RSV en pacientes hospitalizados o que residen en una institución) también puede ser importante para identificar y contener posibles brotes.
Tratamiento
Tratamiento antibiótico
La decisión de comenzar un tratamiento antibiótico se basa en la presencia de al menos dos de los criterios de Anthonisen (aumento del volumen del esputo, purulencia y aumento de la disnea). La elección del antibiótico se realizará según la gravedad de la enfermedad aguda, la resistencia a los antibióticos estimada y la presencia o no de factores de riesgo para la infección por Pseudomonas aeruginosa
Criterios de hospitalización
Los pacientes que requieren ingreso hospitalario son aquellos que presentan factores predictivos de mala evolución, los mayores de 65 años, los que presentan estadios avanzados de la enfermedad, la utilización habitual de esteroides o la presencia de enfermedad cardiopulmonar y aquellos con cuadros clínicos que impresionan por su gravedad, así como los pacientes que carecen de apoyo en el hogar y no es posible tratarlos en su domicilio.
Cuando además presentan acidosis respiratoria (pH menor de 7,35 y presión parcial de CO2 [PCO2] mayor de 55 mm Hg), existe un grupo de pacientes en los que está indicada la utilización de ventilación mecánica no invasiva. Esta forma de ventilación mejora el cuadro clínico, eleva el pH, evita la intubación endotraqueal y disminuye la estancia hospitalaria y la mortalidad.
Alrededor de un 30% de los pacientes no responden al tratamiento, en estos casos se realizará una nueva valoración del paciente, teniendo presente otras enfermedades que conforman el diagnóstico diferencial como la embolia de pulmón, neumonía, insuficiencia cardiaca, neumotórax, derrame pleural o arritmias.
Prevención de Infecciones Respiratorias Agudas
• Evite el contacto con personas con gripa. Los enfermos deben utilizar tapabocas y mantener las manos limpias con un correcto lavado de manos con agua y jabón.
• Si es un bebé menor de seis meses, suministre solamente leche materna en mayor cantidad, por lo menos 10 veces al día.
• Si el niño tiene seis meses o más, proporcione alimentos recién preparados, de alto contenido nutricional y energético (frutas, verduras y carnes), y sígale dando leche materna.
• Evite contacto con fumadores.
• Para aliviar la tos y el dolor de garganta dé a su hijo bebidas aromáticas o té. Si es mayor de dos años suminístrele miel.
• Mantenga las fosas nasales destapadas, en lo posible aplique con frecuencia suero fisiológico por ambas fosas nasales limpiando las secreciones.
• Cuando el niño salga a cambios bruscos de temperatura, protéjalo y cúbrale la nariz y la boca.
Recomendaciones
• Enseñe a sus hijos a estornudar: Ponga un pañuelo desechable sobre nariz y boca al toser o estornudar, bótelo y lávese las manos.
• No suministre medicamentos, antibióticos o jarabes para la tos a menos que sean formulados por el médico.
• Lávese las manos cuando tenga contacto con secreciones o enfermos con gripa.
• Ventile a diario la casa y habitación de los enfermos.
• Verifique que su esquema de vacunación (niños, niñas, escolares y adultos) esté completo para su edad.
• La hidratación es la clave para controlar la enfermedad y evitar así mayores complicaciones.
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