Demencia
La demencia constituye un grupo de síntomas que indican que la función del cerebro ha sido dañada. La condición se caracteriza por un deterioro del habla, del aprendizaje y/o de la memoria lo suficientemente grave como para interferir con las funciones diarias y la independencia.
Síntomas generales de la demencia
Los síntomas de la mayoría de las demencias son similares. Por lo general, la demencia causa:
Pérdida de memoria
Problemas para usar el lenguaje
Cambios de personalidad
Desorientación
Problemas para llevar a cabo las tareas cotidianas
Comportamiento conflictivo o inapropiado
Aunque el momento de aparición de los síntomas es variable, su clasificación en tempranos, intermedios o tardíos ayuda a los afectados, familiares y cuidadores a precisar un poco mejor sus expectativas.
Los cambios de personalidad y la conducta conflictiva (trastornos de conducta) pueden desarrollarse de manera temprana o tardía. Algunos afectados por demencia tienen convulsiones, que también pueden aparecer en cualquier momento de la enfermedad.
Diagnóstico
Evaluación médica
Pruebas del estado mental
A veces, pruebas neuropsicológicas
Análisis de sangre y pruebas de diagnóstico por la imagen para descartar causas
El olvido suele ser el primer signo de demencia detectado por los familiares o los médicos.
¿No es la demencia una parte común del envejecimiento?
No, muchos adultos mayores viven su vida entera sin presentar demencia. El envejecimiento normal puede incluir el debilitamiento de los músculos y los huesos, el endurecimiento de las arterias y los vasos sanguíneos, y algunos cambios en la memoria relacionados con la edad que podrían manifestarse de la siguiente manera:
Perder las llaves del auto de vez en cuando
Tener dificultad para encontrar una palabra, pero recordarla después
Olvidarse del nombre de una persona conocida
No acordarse de los hechos más recientes
Trastornos del comportamiento en personas con demencia
Como son menos capaces de controlar su comportamiento, a veces actúan de forma inadecuada o perjudicial (por ejemplo, gritando, arrojando objetos, pegando o vagando sin rumbo). Estas acciones se denominan trastornos del comportamiento.
Hay diversos efectos de la demencia que contribuyen a estas acciones:
Dado que se han olvidado las reglas de comportamiento, se actúa de manera socialmente inapropiada. Si tienen calor, se desnudan en público. Si tienen impulsos sexuales, se masturban en público, usan un lenguaje soez u obsceno, o formulan demandas sexuales.
Dado que tienen dificultad para comprender lo que oyen y ven, malinterpretan ofrecimientos de ayuda como amenazas y responden violentamente. Por ejemplo, cuando alguien quiere ayudarles a desvestirse, lo interpretan como un ataque e intentan protegerse, a veces agrediendo a los ayudantes.
Dado que se tienen problemas de memoria a corto plazo, no se recuerda lo dicho ni hecho. Se repiten las preguntas y las conversaciones, se solicita atención constante o se piden cosas (como comidas) que ya se han recibido. Se ponen nerviosos y se disgustan cuando no obtienen lo que piden.
Como no pueden expresar las necesidades con claridad o de ningún modo, gritan si sienten dolor o deambulan en momentos de soledad o miedo. Pueden deambular, chillar o gritar cuando no pueden dormir.
Diversos factores, como la tolerancia del cuidador y el tipo de situación del demente, alteran el grado de consideración de cada comportamiento particular. Si la persona vive en un ambiente seguro (con cerraduras y alarmas en todas las puertas y portones), la deambulación puede ser tolerable. Sin embargo, si la persona vive en una residencia u hospital, la deambulación puede ser intolerable porque perturba a otros residentes o altera el funcionamiento de la institución. Los cuidadores pueden tolerar mejor el comportamiento perjudicial durante el día que durante la noche.
Factores de riesgo que puedes cambiar
Es posible que puedas controlar los siguientes factores de riesgo para la demencia.
Dieta y ejercicio. Las investigaciones demuestran que la falta de ejercicio aumenta el riesgo de demencia. Y aunque no existe una dieta específica que reduzca el riesgo de demencia, las investigaciones indican una mayor incidencia de demencia en las personas que tienen una dieta poco saludable en comparación con las que siguen una dieta de estilo mediterráneo con alto contenido de frutas y verduras, granos enteros, frutos secos y semillas.
Consumo excesivo de alcohol. Si bebes grandes cantidades de alcohol, podrías tener un riesgo más alto de demencia. Aunque algunos estudios han demostrado que cantidades moderadas de alcohol podrían tener un efecto protector, los resultados son inconsistentes. La relación entre las cantidades moderadas de alcohol y el riesgo de demencia no se comprende bien.
Factores de riesgo cardiovascular. Estos incluyen presión arterial alta (hipertensión), colesterol alto, acumulación de grasas en las paredes arteriales (ateroesclerosis) y obesidad.
Depresión. Aunque todavía no se entiende bien, la depresión en la tercera edad podría indicar el desarrollo de demencia.
Diabetes. Tener diabetes puede aumentar el riesgo de demencia, especialmente si está mal controlada.
Tabaquismo. Fumar podría aumentar el riesgo de desarrollar demencia y enfermedades de los vasos sanguíneos (vasculares).
Apnea del sueño. Las personas que roncan y tienen episodios en los que con frecuencia dejan de respirar mientras duermen pueden tener pérdida de memoria reversible.
Deficiencias vitamínicas y nutricionales. Los niveles bajos de vitamina D, vitamina B-6, vitamina B-12 y folato pueden aumentar el riesgo de demencia.
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