Artritis Reumatoide
La artritis reumatoide (AR) es una enfermedad crónica y degenerativa que se caracteriza por la inflamación de las articulaciones, causando dolor, hinchazón, rigidez y pérdida de la función articular. Es una enfermedad autoinmune, lo que significa que el sistema inmunológico del cuerpo, que normalmente protege contra las infecciones, ataca por error el revestimiento de las articulaciones.
Síntomas
Los síntomas de la AR pueden variar de leves a severos, y pueden aparecer y desaparecer con el tiempo. Los síntomas más comunes incluyen dolor y hinchazón en las articulaciones, rigidez matutina que dura más de una hora, fatiga, fiebre y pérdida de peso. A menudo, los síntomas son simétricos, lo que significa que afectan las mismas articulaciones en ambos lados del cuerpo.
Causas
Aunque la causa exacta de la AR es desconocida, se cree que una combinación de factores genéticos, ambientales y hormonales puede contribuir a su desarrollo. Se sabe que la AR es más común en las mujeres y en las personas con antecedentes familiares de la enfermedad.
Tipos
Existen varios tipos de artritis reumatoide, cada uno con sus propias características. La artritis reumatoide seropositiva es la forma más común y se caracteriza por la presencia de anticuerpos llamados factor reumatoide en la sangre. La artritis reumatoide seronegativa es una forma menos común en la que estos anticuerpos no están presentes. La artritis reumatoide juvenil, como su nombre indica, afecta a los niños.
Diagnóstico
El diagnóstico de la AR puede ser un proceso complejo ya que no existe una única prueba que pueda confirmar la enfermedad. En su lugar, los médicos utilizan una combinación de historial médico, examen físico y pruebas de laboratorio, como análisis de sangre y radiografías, para hacer un diagnóstico.
Tratamiento
El tratamiento de la AR tiene como objetivo reducir la inflamación, aliviar el dolor, prevenir el daño articular y mejorar la función y el bienestar del paciente. Esto puede incluir medicamentos, terapia física y, en algunos casos, cirugía. Los medicamentos utilizados para tratar la AR incluyen antiinflamatorios no esteroides (AINE), corticosteroides, medicamentos modificadores de la enfermedad (DMARD) y agentes biológicos.
Prevención
Aunque no se puede prevenir la AR, se pueden tomar medidas para reducir el riesgo de complicaciones. Estas pueden incluir llevar una vida saludable, hacer ejercicio regularmente, evitar fumar y seguir el plan de tratamiento prescrito por el médico.
Factores de riesgo
Los factores de riesgo para la AR incluyen ser mujer, tener antecedentes familiares de la enfermedad, fumar, la exposición a ciertos tipos de polvo y fibras, y la obesidad. También se ha sugerido que ciertas infecciones pueden desencadenar el desarrollo de la AR, aunque esto aún se está investigando.
Complicaciones
Las complicaciones de la AR pueden ser graves e incluir daño articular permanente, enfermedades del corazón, problemas pulmonares, osteoporosis y síndrome de Sjögren, una enfermedad autoinmune que causa sequedad en los ojos y la boca.
Pronóstico
El pronóstico de la AR varía de persona a persona. Algunas personas pueden llevar una vida normal con tratamiento, mientras que otras pueden experimentar discapacidad severa. Sin embargo, con el tratamiento adecuado, la mayoría de las personas con AR pueden llevar una vida activa y plena.
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