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Hemorragia nasal

28 de octubre de 2024by Busta Soft0

Hemorragia nasal

La hemorragia nasal, también llamada epistaxis, es la pérdida de sangre por la nariz, que puede afectar a una o ambas fosas nasales. Es un problema muy común, que suele ser leve y se resuelve sin complicaciones, pero en algunos casos puede ser grave y requerir atención médica urgente.

Síntomas

El síntoma principal de la hemorragia nasal es el sangrado por la nariz, que puede variar en cantidad e intensidad. La sangre puede salir por la nariz o por la boca, si se traga. Algunos signos que pueden acompañar a la hemorragia nasal son:

– Dolor o presión en la nariz o la cara

– Mareo o debilidad

– Dificultad para respirar

– Palpitaciones o taquicardia

– Náuseas o vómitos

– Fiebre o escalofríos

– Alteraciones de la visión o del oído

– Confusión o pérdida de conciencia

Causas

La hemorragia nasal puede tener muchas causas, que se pueden clasificar en locales o sistémicas. Las causas locales son aquellas que afectan directamente a la nariz o a sus alrededores, como:

– Traumatismos, golpes, caídas o fracturas nasales

– Irritaciones por alergias, resfriados, rinitis o sinusitis

– Sequedad o cambios de temperatura o presión ambiental

– Hurgarse o sonarse la nariz con fuerza

– Cuerpos extraños o tumores en la nariz o los senos paranasales

– Cirugía nasal o de la hipófisis

– Abuso de descongestionantes o drogas inhaladas

Las causas sistémicas son aquellas que afectan a todo el organismo o a la coagulación de la sangre, como:

– Hipertensión arterial

– Trastornos de la coagulación, como hemofilia o trombocitopenia

– Uso de anticoagulantes, antiinflamatorios o aspirina

– Enfermedades infecciosas, como el dengue o la fiebre amarilla

– Enfermedades hepáticas, renales o cardíacas

– Cáncer o leucemia

Tipos

Según el lugar de origen del sangrado, se pueden distinguir dos tipos de hemorragia nasal:

– Hemorragia nasal anterior: es la más frecuente y se produce en la parte delantera del tabique nasal, donde hay muchos vasos sanguíneos pequeños y frágiles. Suele ser leve y fácil de controlar con medidas caseras.

– Hemorragia nasal posterior: es menos común y se produce en la parte posterior de la nariz, donde hay vasos sanguíneos más grandes y profundos. Suele ser más grave y difícil de detener, y puede requerir hospitalización y tratamiento médico.

Diagnóstico

El diagnóstico de la hemorragia nasal se basa en la historia clínica, el examen físico y las pruebas complementarias. El médico preguntará al paciente sobre el inicio, la duración, la frecuencia, la cantidad y el color de la sangre, así como sobre los posibles factores desencadenantes o agravantes. También le explorará la nariz y la garganta, y le tomará la presión arterial y el pulso.

Entre las pruebas complementarias que se pueden realizar están:

– Análisis de sangre, para descartar anemia, infección o alteraciones de la coagulación

– Radiografía, ecografía o tomografía computarizada de la nariz y los senos paranasales, para detectar fracturas, cuerpos extraños o tumores

– Endoscopia nasal, para visualizar el interior de la nariz y localizar el punto de sangrado

– Cultivo o biopsia nasal, para identificar posibles agentes infecciosos o malignos

Tratamiento

El tratamiento de la hemorragia nasal depende de la causa, el tipo, la intensidad y la frecuencia del sangrado. En general, se pueden seguir los siguientes pasos:

– En caso de hemorragia nasal leve o moderada, se puede intentar detener el sangrado en casa, siguiendo estas medidas:

  – Sentarse y mantener la cabeza inclinada hacia adelante, para evitar tragar sangre

  – Aplicar presión sobre la parte blanda de la nariz, tapando las fosas nasales con los dedos, durante al menos 10 minutos

  – Aplicar frío sobre el puente de la nariz, con un paño húmedo o una bolsa de hielo

  – Respirar por la boca y evitar sonarse o hurgarse la nariz

  – Humedecer la mucosa nasal con suero fisiológico o vaselina

 – En caso de hemorragia nasal persistente, intensa o recurrente, se debe acudir al médico, que puede realizar las siguientes intervenciones:

  – Cauterización, que consiste en sellar el vaso sanguíneo que sangra con calor, electricidad o sustancias químicas

  – Taponamiento nasal, que consiste en introducir una gasa, una esponja o un globo inflable en la nariz para comprimir el vaso sanguíneo que sangra

  – Embolización, que consiste en inyectar un material que obstruye el vaso sanguíneo que sangra desde el interior

  – Cirugía, que consiste en ligar o extirpar el vaso sanguíneo que sangra mediante una incisión

– Además, se debe tratar la causa subyacente de la hemorragia nasal, si la hay, con medicamentos o cirugía, según el caso.

Prevención

Para prevenir la hemorragia nasal, se pueden adoptar las siguientes medidas:

– Evitar los traumatismos o golpes en la nariz, y usar protección adecuada en caso de practicar deportes de contacto

– Evitar la irritación de la mucosa nasal por alergias, resfriados, rinitis o sinusitis, y tratarlos adecuadamente con medicamentos o lavados nasales

– Evitar la sequedad de la mucosa nasal por el aire frío o seco, y mantener una buena hidratación y humidificación del ambiente

– Evitar hurgarse o sonarse la nariz con fuerza, y cortarse las uñas para evitar lesiones

– Evitar los cuerpos extraños o tumores en la nariz o los senos paranasales, y consultar al médico si se sospecha de su presencia

– Evitar la cirugía nasal o de la hipófisis, a menos que sea estrictamente necesaria, y seguir las indicaciones del médico en el postoperatorio

– Evitar el abuso de descongestionantes o drogas inhaladas, y buscar ayuda profesional si se tiene adicción

– Controlar la presión arterial y evitar los picos hipertensivos, con una dieta saludable, ejercicio moderado y medicamentos si es necesario

– Controlar los trastornos de la coagulación y evitar los anticoagulantes, antiinflamatorios o aspirina, salvo prescripción médica

– Prevenir las enfermedades infecciosas, hepáticas, renales o cardíacas, con una buena higiene, vacunación y chequeos periódicos

– Prevenir el cáncer o la leucemia, con una alimentación sana, evitar el tabaco y el alcohol, y realizar pruebas de detección precoz

Factores de riesgo

Los factores que pueden aumentar el riesgo de sufrir una hemorragia nasal son:

– Edad: los niños y los ancianos son más propensos a tener hemorragias nasales

– Sexo: los hombres tienen más hemorragias nasales que las mujeres

– Clima: los climas fríos, secos o con cambios bruscos favorecen las hemorragias nasales

– Altitud: las zonas de gran altitud, con menor presión atmosférica, favorecen las hemorragias nasales

– Genética: algunas enfermedades hereditarias, como la telangiectasia hemorrágica hereditaria, predisponen a las hemorragias nasales .

 

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