Alergia al maní
La alergia al maní es una reacción exagerada del sistema inmunitario frente a las proteínas del maní, consideradas erróneamente como sustancias dañinas. Esta alergia alimentaria es una de las más comunes y severas, y puede desencadenar desde síntomas leves hasta reacciones potencialmente mortales como la anafilaxia. A diferencia de otros frutos secos, el maní es una legumbre, lo que implica diferencias en sus proteínas alergénicas. La alergia al maní suele ser permanente y afecta a un porcentaje creciente de la población, especialmente en niños.
Síntomas
Los síntomas de la alergia al maní pueden aparecer minutos después de la exposición e incluyen:
Picazón y hormigueo en la boca, garganta y piel.
Urticaria, enrojecimiento e hinchazón, especialmente en la cara y alrededor de la boca.
Congestión nasal, estornudos y goteo nasal.
Problemas digestivos como náuseas, vómitos, diarrea y dolor abdominal.
Dificultad para respirar, sibilancias y sensación de opresión en la garganta.
En casos graves, anafilaxia, que se manifiesta con estrechamiento severo de las vías respiratorias, caída de la presión arterial, pulso acelerado, mareos, pérdida de conciencia y puede ser fatal si no se trata de inmediato.
Síndrome de alergia oral y esofagitis eosinofílica también pueden presentarse en algunos casos, con síntomas localizados en boca, garganta y esófago.
Causas
La alergia al maní ocurre cuando el sistema inmunitario reacciona a las proteínas del maní liberando sustancias químicas que provocan los síntomas alérgicos. La exposición puede ocurrir de tres formas principales:
Contacto directo: al consumir maní o alimentos que lo contienen, o al tocarlo con la piel.
Contacto cruzado: ingestión accidental de maní presente en alimentos procesados o manipulados en ambientes donde se utiliza maní.
Inhalación: respirar polvo o aerosoles que contengan partículas de maní, como harina o aceite en aerosol.
Tipos
Existen distintos tipos de reacciones alérgicas al maní:
Reacción inmediata: ocurre minutos después de la exposición y puede variar desde leve hasta anafilaxia.
Síndrome de alergia oral: reacciones localizadas en boca y garganta, con picazón y hormigueo.
Reacción bifásica: síntomas que desaparecen y reaparecen horas después, afectando especialmente el tracto respiratorio.
Alergia persistente: la mayoría de las alergias al maní son permanentes y no se superan con la edad.
Diagnóstico
El diagnóstico se basa en la historia clínica y la identificación de síntomas tras la exposición al maní. Se complementa con pruebas cutáneas de alergia (prick test) y análisis de sangre para detectar anticuerpos específicos (IgE). En algunos casos se realizan pruebas de provocación controladas bajo supervisión médica para confirmar la alergia.
Tratamiento
No existe cura definitiva para la alergia al maní, por lo que el tratamiento se centra en la prevención y manejo de las reacciones:
Evitar el consumo y contacto con maní y productos que lo contengan.
Llevar siempre un autoinyector de epinefrina (adrenalina) para tratar reacciones graves.
Antihistamínicos y corticosteroides para aliviar síntomas leves o moderados.
En algunos centros se ofrece inmunoterapia oral para aumentar la tolerancia, aunque no es adecuada para todos los pacientes.
Prevención
La prevención incluye:
Evitar la introducción temprana del maní en la dieta de bebés con alto riesgo sin supervisión médica.
Leer cuidadosamente las etiquetas de los alimentos para evitar contacto cruzado.
Informar en escuelas y lugares públicos sobre la alergia para evitar exposiciones accidentales.
Uso de medidas estrictas de higiene y manipulación de alimentos en la industria y el hogar.
Antecedentes familiares de alergias alimentarias o atopias como asma, eczema o rinitis.
Historia previa de alergia a otros alimentos o alérgenos ambientales.
Exposición temprana o frecuente al maní en personas predispuestas.
Niños pequeños, quienes tienen mayor incidencia de alergias alimentarias.
Complicaciones
Las complicaciones pueden ser graves y incluyen:
Anafilaxia, una emergencia médica que puede causar paro respiratorio y muerte si no se trata rápido.
Reacciones bifásicas que requieren monitoreo prolongado tras la reacción inicial.
Impacto psicológico y social por la necesidad de evitar alimentos y el riesgo constante de reacciones.
En casos raros, esofagitis eosinofílica, que provoca inflamación crónica del esófago.
Pronóstico
La alergia al maní es generalmente una condición crónica que se mantiene durante toda la vida. El pronóstico mejora significativamente con la educación, prevención y acceso a tratamiento inmediato, especialmente el uso de epinefrina. La mayoría de las personas con alergia al maní pueden llevar una vida normal si evitan el contacto con el alérgeno y están preparadas para manejar emergencias. Sin embargo, la posibilidad de reacciones graves hace que esta alergia requiera atención constante y precauciones estrictas.
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